miércoles, 7 de mayo de 2014

Ríos
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Un río es un curso de agua (en general con baja salinidad, de allí lo de “agua dulce” entre nosotros o “agua fresca” [fresh water] entre los angloparlantes), que se origina ya sea a punto de partida del deshielo de las altas montañas o bien como confluencia de otros cursos de agua más reducidos (otros ríos, pequeños arroyos). En general, mientras que los ríos de montaña son de curso rápido y vigoroso, con alto contenido en minerales

, los ríos de llanura se caracterizan por su mayor caudal y canal, con un curso más lento y pausado.
Los ríos proporcionan agua, transporte y un medio de deposición de resíduos. La superficie total que ocupan es pequeña pero son los ecosistemas más intensamente usados por el hombre.
Las características del río cambian desde su nacimiento hasta su desembocadura debido a que su tamaño y volumen de agua aumentan y porque cambia el metabolismo de la comunidad, la composición de especies y la diversidad de especies. Esta secuencia de cambios se llama contínuo fluvial.
Las corrientes de la cabecera son heterótrofas, es decir, la respiración excede a la producción. La comunidad biótica depende de la materia orgánica que llega procedente del lavado de la cuenca terrestre.
En el curso medio su lecho es más amplio y menos abrupto y se instalan autótrofos, como las algas de agua dulce y otras plantas acuáticas que pueden llegar a ser muy abundantes. La diversidad de especies alcanza en este punto su máximo.
En el curso bajo el agua se enlentece y se hace fangosa, decreciendo la luz y la fotosíntesis en consecuencia. La corriente es heterótrofa con una reducida variedad de especies en los niveles tróficos.
Casi todos los grandes ríos están saturados por los residuos que emiten las aglomeraciones de su ribera debido a su uso como alcantarillas gratuitas. Es difícil hallar un río natural sea su tamaño el que sea.
Las aguas de corriente se dividen en dos tipos: corrientes en las que su lecho es erosionado y su fondo es firme (rápidos), y corrientes de sedimentación con el fondo compuesto de sedimentos sueltos (remansos). Las comunidades acuáticas son diferentes en las dos situaciones, en los remansos, se asemejan a las de las lagunas con un considerable desarrollo del fitoplancton y de especies de peces e insectos acuáticos; en los rápidos son formas más exclusivas y especializadas como larvas de frigáneas o “cargadores”.
Disponible en: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/7/74/Rio_Sar_Pontepedrina_Santiago_Galicia_070310_2.JPG
Muchos artistas y hombres de ciencia los han comparado con los vasos sanguíneos del mundo, dado que se encargan de funciones cardinales que hacen a la integridad del planeta entero, como una verdadera unidad.
Desde el punto de vista de la biosfera, los ríos constituyen una importante reserva de agua de acceso para los seres vivos (agua potable) y también son el hábitat de innumerables formas de vida, que incluyen protistas, moneras, plancton, hongos, vegetales, animales inferiores y superiores. En este sentido, los ecosistemas más variados del planeta giran en torno al Amazonas, el río más caudaloso del planeta, con un recorrido nacido en la alta montaña (río Marañón) y que termina su curso como río de llanura. Se estima que la cuenca amazónica sólo es sobrepasada por los océanos en términos del número de especies y recuento de individuos en lo que hace a animales y vegetales.
No debe olvidarse el otro aspecto relevante que hace a la importancia de los ríos: su misión social. En efecto, las grandes civilizaciones de la antigüedad y las principales ciudades de la modernidad se han asentados junto a ríos de dimensiones considerables, tanto por la necesidad de comunicación (los ríos navegables han sido los principales caminos de la humanidad durante varios milenios) como de sustento de agua potable y fuente de alimento. Basta recordar a las culturas de Egipto (río Nilo), Mesopotamia (Tigris y Éufrates) o a las numerosas capitales europeas situadas sobre el Danubio.
Por lo tanto, es menester destacar que la importancia de los ríos los convierte en necesarios objetivos de protección, dado que la contaminación de las aguas puede dar paso a la destrucción de ecosistemas completos e incluso a transformar a los asentamientos humanos en áreas inviables a corto y mediano plazo.




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